Asciende al trono con tan solo 20 años, tras la muerte de su padre. A su gobierno se instauran numerosos cambios y la figura del Kaisar -máximo mandatario en Ántico- queda relegada por la de la emperatriz o emperador.

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Hija única, se cría prácticamente con su primo Anbald, al que quiere como un hermano. La relación se enfría con el paso del tiempo y las diferencias llegan a confrontarlos como herederos al trono, dado que en aquel entonces, el hombre tenía prioridad por sobre la mujer. Sin descendiente varón, no son pocos los que atisban en la figura del sobrino del Kaisar al futuro gobernante de Ántico. 

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Finalmente no es así y ante su inminente muerte, el Kaisar determina que sea su hija la que ascienda al trono.

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En una etapa convulsa, Daxta asienta los cimientos de la dinastía Vakko, convirtiéndose en el primer miembro oficial que la historia reconocería a pesar de las vivencias que lo contradicen, recogidas en el primer volumen de las Memorias Dinásticas. Siendo aún muy joven contrae matrimonio con Deimos Avianos, un perseguido delincuente al que todos conocen como 'el diablo'. Si bien esto resulta llamativo, el pueblo lo toma como una excentricidad más de las muchas que la joven ha llevado a cabo desde su ascenso al trono.

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A pesar de los tiempos complicados que la acompañan, mantiene su gobierno durante 60 años, tras lo cual le cede el trono a su única hija, Arvia.

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Recibe el sobrenombre al hacer caer la figura del Kaisar para instaurar el imperio y convertirse en la primera emperatriz de la dinastía.