Sorutz | Trece Tronos

Llanuras de interminable extensión permiten a los lobos de Sorutz correr en salvaje libertad. Los distintos clanes se hospedan entre la densidad de los bosques que colindan las campiñas sorutzianas. Cielos despejados en los que la luna derrama su luz plateada para el regocijo de aquellos que la veneran.

Los lobos de Sorutz moran en aldeas pequeñas construidas en la roca de las montañas. Sus hijos visten con pieles y son reacios al uso de armas, pues el lobo que llevan dentro y que se exterioriza con las invocaciones a la luna, son todo el arma que necesitan para afrontar peleas. Sin embargo, las crecientes diferencias con los licántropos de Élathur ponen, para muchos, en entredicho esa premisa. Apoyados por las legiones Áureas de Ántico, sus enemigos adquieren fuerza y poder, de modo que las armas se tornan imprescindibles. Y este es un extremo que enfrenta a los cuatro principales clanes licántropos de Sorutz, pues no todos están de acuerdo.

PARTICULARIDADES SOBRE LAS OTRAS TERRAS

Los licántropos de Sorutz llevan años enfrentándose por distintas causas: dominio de territorio, imposición de leyes, etc. Las luchas se recrudecieron con los clanes de Élathur, especialmente cuando estas aceptaron formar parte de las legiones ánticas, custodiando la terra bruja y apoyándola en las cruentas campañas de invasión que esta protagoniza contra el resto de Átraro.

Los cuagtro clanes licántropos de Sortuz, representantes de cada una de las fases de la luna, se unificaron para plantar cara a los elathurienses después de eso. Libres y salvajes, rechazan toda idea de sumisión, obediencia y adhesión. Así pues, Nytt (luna nueva), Minkandi (luna menguante), Auka (luna creciente) y Tungl (Plenilunio) son hoy un todo, aun con discrepancias.

Al igual que en Élathur, los druidas negros se encargan de custodiar los límites de la terra licántropa para que los lobos no abandonen su territorio durante las conversiones, algo que se torna más laxo en las noches, cuando el Muro de Caronte abre sus puertas y los lobos las cruzan para saciar instintos en Luzaria.

El castillo de Tunkastali es una obra de arte construida en honor a la luna. Puede decirse que, en un pueblo que rechaza la ostentación, es la única muestra de ello. Y es que poco o nada se escatima en lo que a la diosa luna se refiere. Tungkastali se alza en el pico más elevado de Sorutz, como forma de acercarlo lo máximo posible al astro nocturno.

FORMA DE GOBIERNO

A lo largo del tiempo, las diferentes formas de gobierno se han ido sucediendo en Sorutz, siendo el Señor el que gobierna en cada clan y el rey quien ocupa el trono de la luna, situado en la fortaleza. Dana es la última reina de Sorutz.

FUERZA MILITAR: LAS JAURÍAS

Las Jaurías constituyen una poderosa legión de guerreros licántropos que luchan bajo su forma humana y también la del lobo, respaldados por el poder de los druidas negros que velan durante la batalla de la misma manera que, fuera de ella, lo hacen por el bienestar de las manadas en los diferentes clanes.

SÍMBOLO: EL MORDISCO DE LA CORONA

El epicentro de la cultura sorutziana es la luna y así queda reflejado en el escudo que los representa. A pesar de que en sus clanes queda expuesta toda forma que puede adoptar el astro lunar, su marca es la de la luna creciente que, en mitología licántropa, muestra una cuna en la que, la madre luna, reina del cielo nocturno, cuida a sus hijos.

SEGUNDO TRONO DE LA LUNA

Los números pares cobran una gran importancia en la cultura de Sorutz; en la licántropa en general. Y que el trono de la luna que ocupa su rey o reina sea el segundo es una muestra más, para ellos, del honor que recae sobre los sorutzianos por encima de los elathurienses.

MITOLOGÍA Y DIOSES

Selenis es la representación humana de la diosa luna. Ella pasea por el éter, modificando la forma del astro en debido cumplimiento con sus celestiales designios. La luna roja es una de las festividades más destacadas y los rituales de sacrificios y entrega de otros animales y también de prisioneros es una forma de honrar la sed de sangre que exhibe la luna en esas noches.