Digna hija de su padre, continúa con la sangrienta campaña de invasión de la que Ántico no sale muy bien parada. Tal es su dureza que algunas terras se alían contra el Imperio brujo.

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Por su carácter incendiario recibe el sobrenombre de la emperatriz de fuego. Algunos hablan de ella como la reencarnación de su propio padre. Leybran dedica buena parte de sus esfuerzos en hacer crecer a la Leggio, aumentar el número de unidades y potenciar el número de frentes abarcables, de forma que ninguna terra pueda acudir en ayuda de otra. Trata así de espantar cualquier intento de alianza y establece la obligatoriedad en Ántico de que cualquier niño se aliste en la Praes con siete años para recibir formación militar. 

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Durante su gobierno se crea la Cupros, una nueva legión conformada por hombres y mujeres voluntarios que hasta ese momento han dedicado su vida a otra labor. Las buenas condiciones del ejército llaman a muchos a alistarse, mercaderes, navegantes y hasta vagabundos ven una oportunidad de mejorar sus vidas en la lucha por Ántico. Leybrand lo fija como algo voluntario al considerar que, en la obligatoriedad de un hombre o mujer que no ha recibido antes formación en noble arte de la guerra, los contras serán mayores que los pros. 

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Leybrand contrae matrimonio con otra mujer, Nentia Lorvern, su consejera personal. Junto a ella cría a tres hijos, según se cuenta, de padres distintos; hombres de los que ambas se encaprichaban por distintas razones y con los que tienen a sus vástagos: Launnya, Nyxcor y Larkian.

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Leybrand asciende al trono con 32 años hasta los 50.