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TANRAY VAKKO

LA EMPERATRIZ INMORTAL

A nadie le importa cómo, dónde o cuándo nació una emperatriz, de modo que las fechas que recogen las Memorias Dinásticas son las del inicio de su gobierno y su final. El servicio a Ántico.
(Los retratos de las emperatrices y emperadores responden al momento en el que ascendieron al trono. También los de sus cónyuges y los del resto de sus hijos).

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Probablemente la más conocida de todas. Tanray crece hastiada de ver los intentos de su madre por alcanzar alianzas y una paz común que se antoja imposible. Concesiones, cesiones y claudicaciones forjan en ella un carácter orgulloso harto de agachar la cabeza. Así lo vive. 

 

Con Tanray da inicio la dinastía marcada tras un temerario pacto con Caronte, el barquero de los muertos. Almas a cambio de su inmortalidad, tiempo para conquistar todas y cada una de las doce terras que, junto a Ántico, componen el imperio de la Noche. Si un día ella agachó la cabeza ante otros, ahora lo harán esos otros ante ella.

La voluntad de Tanray, además, se ve favorecida por su extraño viaje a la isla de Necron, desde la que regresa, según cuentan muchos, con el favor de los dioses. 

Hasta allí la acompaña quien después será su esposo: Aslur Hassul, príncipe de Intora.

 

Madre de dos hijas, gemelas: Listhy y Tínessly. Ninguna de ellas es de Aslur, pero Tanray no permite plasmar en las memorias dinásticas el nombre de su padre, que acaba perdiéndose en el tiempo.

Tanray alcanza el trono con 20 años y, a pesar de sus planes de gobierno infinito, es destronada a los 42 años; veintidós después. 

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