Liatli es descendiente de Tanray Vakko, la emperatriz bruja que dio inicio a la cruenta expansión del imperio ántico y también a la maldición de Caronte. A pesar de eso, la joven vive muy alejada de la grandeza y la ostentación de su linaje, pues forma parte de la rama apartada de la dinastía, aquella a la que Tanray ninguneó en su voluntad por dejar clara una línea de sucesión de la que, no obstante, no pensaba hacer uso, debido a a su inmortalidad.
A pesar del ostracismo al que la rama Hassul fue sometida, Liatli no ha dejado nunca de mirar a la todopoderosa Ántico alimentando el deseo de venganza con el que ha crecido, sintiéndose, sabiéndose dueña del trono brujo y su grandeza.
El día de recuperarlo, se acerca, pero consciente del colosal poderío militar de la Vakko, todos los recursos parecen pocos y la noche en la que todo se precipita, los aliados empiezan a fallarle a la joven bruja, poniéndolo todo en peligro. Al fin y al cabo, ¿cómo iba a ser capaz una joven de apenas veinte años de desafiar al imperio brujo?