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HAMLYA VAKKO

LA ORADORA

A nadie le importa cómo, dónde o cuándo nació una emperatriz, de modo que las fechas que recogen las Memorias Dinásticas son las del inicio de su gobierno y su final. El servicio a Ántico.
(Los retratos de las emperatrices y emperadores responden al momento en el que ascendieron al trono. También los de sus cónyuges y los del resto de sus hijos).

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Desde los albores de la dinastía Vakko, ha resultado imposible conquistar las doce terras que, junto a Ántico, forman el Imperio de la Noche. La Leggio suma nuevos soldados con cada generación que la Praes prepara y las guerras se suceden con mayor o menor virulencia, pero nada parece capaz de doblegar a Átraro. 

Los métodos de Hamya se modifican y la emperatriz ántica, que arranca su gobierno con 35 años, da inicio a un periplo viajando a través de las diferentes terras para tratar de negociar de manera pacífica su adhesión al Imperio. 

Su carácter afable y sus nobles intenciones predisponen a las terras brujas, pero todo se torna más difícil con las demás razas, esencialmente con los licántropos, enfrentada Sorutz a Élathur y conformando estos la legión de plata, parte de la Leggio ántica. 

Hamlya contrae matrimonio con Sitlus Abo, miembro del Consejo de Nyx y con él tiene a su única hija, Thylia Vakko.

Sus visitas a Trásaro y Kaulas la encumbran. No son pocos los que elogian su valor, pero de esas terras no saca nada en claro, más allá de breves treguas. Regresa a Ántico con negociaciones interminables con las terras brujas y sin nada más en la parcela política. Sí en la amorosa. Su relación con una bruja domarnesa, Thana Basbe, es algo que no se molesta en ocultar y la razón por la cual su esposo acaba dejándola. 

Años después, tras un gobierno de apenas doce años tras de su ascenso, cede el trono a su hija.

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