Responsabilizada con el legado de su madre, Ealea trata de imponer un período de calma en el Imperio, pero los resquemores de las terras dañadas por sus ancestros atisban en el cambio de figura en el trono una oportunidad de venganza.

 

En absoluto ajena a esa realidad, Ealea endurece las condiciones de subordinación y trato hacia las demás terras de un modo pasivo. Con su gobierno, iniciado a los 22 años, la brujería experimenta un pequeño auge en Ántico y es este el poder  sobre el que la emperatriz desea asentar los cimientos de su mandato. 

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Contrae matrimonio con Rakis Niusfal y tiene, junto a él, a sus dos hijos gemelos: Hared y Daeryan. 

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Los rumores hablan de alianzas en las sombras con especial fuerza en las terras nigromantes y Eaela endurece aún más sus premisas de gobierno, retornándole importancia a la Leggio, a la que opta por replegar en detrimento de las duras campañas de expansión de su abuela. Por primera y única vez en la historia, se nombra a un general licántropo como líder absoluto de las legiones brujas.

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Muere de forma inesperada a los 58 años, con mucho trabajo aún por hacer en la preparación de la sucesión y al lado de su esposo. Su comitiva es atacada por los mismos nigromantes que negociaban con ella ante la inminente amenaza de la Revolución Oscura.