OTTYM VAKKO
LA EMPERATRIZ DORADA
A nadie le importa cómo, dónde o cuándo nació una emperatriz, de modo que las fechas que recogen las Memorias Dinásticas son las del inicio de su gobierno y su final. El servicio a Ántico.
(Los retratos de las emperatrices y emperadores responden al momento en el que ascendieron al trono. También los de sus cónyuges y los del resto de sus hijos).
1664-1708 5C-1T
Al igual que su madre, Ottym asciende al trono con apenas 18 años, aunque, según las lenguas del momento, mucho más preparada que su madre. Aplicada en el arte del estudio y también en el de la guerra, no llega a completar su servicio en la Áurea, viéndose obligada a renunciar a ello, a pesar de su pasión por las espadas y el noble arte de la lucha.
Ottym es joven, pero observadora y poco dispuesta a cometer los mismos errores que su progenitora. La emperatriz le otorga al Consejo de Nix una fuerza que este había perdido tiempo atrás. Escucha sus voces, valora sus consejos y toma decisiones en firme que, sin llevar a Ántico a la crudeza de otras etapas, se aleja de negociaciones y concesiones. Las costumbres que su madre instaura son borradas del mapa y las relaciones con las terras brujas se enfrían de nuevo.
El orden que reina bajo su mando lleva a Ántico a una etapa de estabilidad y nuevo auge en el que se conquistan terras a base de espada y sangre. Ottym repudia la variable costumbre de arrastrar a niños brujos hasta Ántico para sumarlos al Imperio, convencida de la dificultad que eso conlleva en la lealtad hacia su terra.
Lam Rothrym es un brillante soldado que encandila a la emperatriz y acaba contrayendo matrimonio con ella al poco tiempo. Ambos conforman una pareja admirable al frente de Ántico, cuya felicidad colman sus cuatro hijos: Baggon, Yada, Vasil y Niasri. La primera de las hijas tomará el trono varios años después, cuando su madre, con 62, lo abandona.
La posición de Ántico es inmejorable en ese momento. Han caído terras complejas y el salón de las Victorias acoge nuevos tronos.